Tuesday, February 12, 2013

Sueñan los turistas con Incas eléctricos?


"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas mas allá de Orion. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de las puertas de Tannhauser. Todos esos momentos se perderán… en el tiempo… como lágrimas en la lluvia". 

Esa era la preciosa parrafada que el replicante Nexus 6 Roy Batty le soltó a Deckard justo antes de morir, en lo alto de aquel destartalado rascacielos de Los Angeles en el año 2019. Deckard, con todos los dedos rotos y con menos clase que Peter Lorre huyendo de la poli en Casablanca, le escuchó pacientemente, mas que nada porque estaba hecho mierda después de la paliza de antes y porque no le quedaba otra. Pero no creo que realmente entendiese la esencia de las últimas palabras de uno de los malvados mas nobles que ha creado jamás la historia del cine. Roy quiere vivir mas tiempo porque desea conocer y experimentar mas cosas. Visitar nuevos lugares en el espacio sideral. Como viajero en la fantasía apocalíptica de Blade Runner, sus vacaciones de Verano son ciertamente peculiares, pero no dejan de ser viajes. Hay algo, sin embargo, que diferencia las experiencias que vivió Roy de las experiencias de viaje de un turista real en la época de hoy: A Roy Batty no le sacan una pasta por visitar las puertas de Tannhauser. No existe un precio hinchado para turistas replicantes y otro normal para los Tanhanuenses. Y tampoco la empresa responsable de las visitas al monumento de Orión abusa de los visitantes. El transbordador espacial que lleva a ver los brillar los rayos C no es la única forma de llegar, y no desangra a los visitantes multiplicando el precio por mil sobre el coste real. El universo donde Roy Batty vive y muere es, a pesar de su oscura decadencia, un universo mas justo y respetuoso para con los turistas. No se puede decir lo mismo de Perú.

Roro y yo decidimos hacer una visita al Machu Picchu en nuestro paso por Perú. Un lugar mágico, dicen, el último refugio del imperio Inca. Otros dicen que no era mas que una residencia de verano de las clases pudientes. Fuera lo que fuera, ha sido designado como una de las maravillas del mundo moderno, y como tal ha procreado tanta fama que miles de visitantes lo visitan cada día. El "Santuario" está en lo alto de una montaña, alejado de Cuzco unos 84 kilómetros. La única manera de llegar es en tren o caminando hasta Aguas Calientes, la comunidad que queda mas cerca de Machu Picchu, desde donde salen otros autobuses que suben a las ruinas. Desde Cuzco salen también autobuses que llegan hasta "Hidroeléctrica", un pueblo que está a tres horas de caminata de Aguas Calientes. Caminar desde Cuzco lleva unos cuatro días, en lo que célebremente se denomina "Camino Inca". No se puede (o no se debe) hacer por cuenta propia, hay que contratar un guía. Si uno no tiene tiempo o ganas para dejarse sudor y lágrimas paseando por la jungla durante cuatro días no queda otra que coger el tren o una combinación de autobús-caminata-tren. La opción mas barata en tren cuesta unos $140 ida y vuelta. El transporte para llegar desde Cuzco a la estación sale por unos $20 día y vuelta. El bus que sube a las ruinas, $18. La entrada al santuario, $50. Alojamiento y comida, unos $40. En total uno tiene suerte si la Inca-broma le sale por menos de $260. Cuando digo "uno", me refiero a un extranjero. Es distinto para los peruanos. El tren que lleva a Machu Picchu desde Cuzco, solo para peruanos con identificación válida, cuesta unos $4. La visita a las ruinas, $25. Es decir, el "precio gringo" es unas diez veces mas caro que el precio local. El Macchu Picchu es "la maravilla" mas cara de visitar del mundo. Es la trampa turística mas brutal que he visto nunca. Es, en palabras escuetas, un abuso. Y lo increíble es que unas 2000 personas aceptan y sufren ese abuso cada día. 2000 visitantes al día se traduce en millones de dólares al mes. Millones de dólares es mucho dinero, yo diría que mucho mas de lo necesario para el mantenimiento de los trenes y las ruinas, y un beneficio mas que generoso para los peces gordos que están detrás del negocio. Hay alguien que se está haciendo de oro con este lugar mágico que es Machu Picchu, y no es precisamente el pueblo peruano.

Tengo un serio problema cuando enfrento abusos de este tipo. Incluso teniendo dinero de sobra para pagar el absurdo precio de la visita a Machu Picchu -que no es el caso, pues mi cuenta bancaria empieza a sufrir mi periplo americano- hay algo que me impide aceptar el despotismo turístico. Me parece justo que siempre haya dos alternativas, una barata para los visitantes humildes y otra lujosa para los afortunados adinerados. En el caso del Machu Picchu existen dos alternativas, una cara para los humildes y otra lujosa para los adinerados. Como no tengo dinero para la versión pomposa, con tren tipo Orient Express, alojamiento en hotel de súper lujo al lado del santuario, cena gourmet y posiblemente masaje con final feliz, decidí que la visita a la gran joya del imperio Inca tendría que esperar. El día que me pueda gastar $3000 en vivir la magia del último refugio inca lo haré con gusto, pues aunque es mucho dinero también se recibe mucho a cambio. No es un abuso cuando se paga lujo con dinero. La opulencia cuesta pasta, y si uno la quiere, la paga. Es justo. No es una cuestión de cuanto se paga, sino del coste real de lo que uno paga, y el abuso comienza cuando el 90% de lo que pagas va al bolsillo del gordo cabrón que tiene el monopolio del transporte a las ruinas. Es una indecencia y lamentable que tanta gente esté dispuesta a aceptar eso. Y como la avaricia no tiene fin el precio seguirá subiendo hasta que el número de visitantes descienda, si es que eso llega a pasar. 

Es curioso como la gente se queja de todas las injusticias y atropellos cuando pasan en casa. Se sube el precio del autobús en Madrid un par de céntimos y la protesta es inmediata. Pero se incrementa a mas del doble el tren a Machu Picchu en los últimos tres años y nadie dice esta boca es mía. En las vacaciones uno no protesta "porque son las vacaciones y estamos disfrutando tío!" Y "es algo que solo se ve una vez en la vida macho!" "No seas rata coño!" Esta es la filosofía del turista: Deme usted por culo una vez mas que estoy de vacaciones. Use condón por si acaso, pero si hace falta penétreme otra vez, yo consiento.

Pues yo no, lo siento mucho, pero no consiento. Y duele no visitar una de las maravillas del mundo, pero no duele tanto como que me revienten el ano en plan turista. Y al fin y al cabo no es el propósito de mi viaje. Aunque la visita a lugares sea uno de los alicientes de esta aventura, no es lo mas importante. Lo mas importante es lo que sucede dentro de mi cabeza mientras viajo, y la gente que conozco, las personas que me enseñan nuevos horizontes, quizá no físicos como el célebre Picchu pero sin duda horizontes y perspectivas que me ayudan a crecer. En Perú: Rodrigo, Beatriz, los dos viejitos hippies del restaurante de Lima, Diego el pastor en el camino a Cuzco, Caro la salvaje motera y Manolo el outsider con su chopper en Arequipa, Frank y su recién descubierta casa donde colgar el sombrero… todos ellos son mi Machu Picchu. A diferencia de Roy Batty tengo la suerte de no ser un Nexus 6 y vivir muchos mas años que los replicantes, y si bien es cierto que ni he visitado las puertas de Tannhauser ni el fascinante Machu Picchu, me siento afortunado de tener en mi vida a los nuevos amigos que hago en el camino. Y estoy seguro de que, porque mereció la pena, cuando llegue la hora de morir no me importará que todos esos momentos, como los recuerdos de Roy Batty, se pierdan. Como lágrimas en la lluvia.


Sin Roro yo no subo al Macchu Pichu ni loco.






2 comments:

  1. Lo peor de lo que cuentas no es tanto la clavada, sino lo que los indígenas cobran de esa clavada, por supuesto. Sospecho que tus sensibilidades erótico-éticas agradecerían un documental como "Porters of the Inca Trail" (2012), si no lo encuentras, me lo dices.

    Aprovecho para decirte que te leo desde hace unos días, que me gusta cómo escribes, y que me identifico bastante con muchos de tus más íntimos calentones de pelota, como los de "Me jode que me jodan..." y otras entradas, y te cuento que yo mismo estoy preparando un viaje en moto similar al que tú estás haciendo, y me gustaría preguntarte un par de cosillas relacionadas con el viaje, si es que esto no te rompe excesivamente las ocasionalmente dislocadas pelotas. De no ser así, te agradecería que contactaras conmigo en el email bajo el que te dejo el comentario.

    Mientras tanto siga usted bien, Mr. Solaris.

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    1. Gracias por la recomendación Ritalin, a ver si lo encuentro. Lo que no veo es tu email... si quieres ponte en contacto conmigo escribiendo a daniel@danielsolaris.com
      Un saludo!

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